Velho Chico: nueva fase, viejos problemas



Empezó Velho Chico 2. En una novela de Benedito la transición a la segunda fase siempre es crucial.  Ruy Barbosa, suele ‘darlo todo’ (a su modo) en los capítulos de estreno, usualmente más trabajados y enfocados en un modelo erudito de audiovisual. 

Los intelectuales aplauden, porque ven la consagración del género telenovela y un reflejo ‘auténtico’ del pueblo y su esencia. 

Los neófitos… se dejan llevar. Básicamente, por lo mismo, aunque no entiendan los melindres creativos de un Luiz Fernando Carvalho o Jaime Monjardim. 

Es ‘bonito’ y sienten, no sólo ‘su presencia’, sino también la ‘firmeza de los valores tradicionales de familia’ (o lo que es lo mismo, el cálido aire de lo conservador, soplándoles al rostro). 

¡Las novelas de hoy sólo tienen relajo! dicen los más radicales. Estas no (piensan, los inocentes). 

Pero la desaceleración se hace sentir. Hoy, más que nunca y cobra lo suyo. Por lo general, en puntos del Ibope. El precio más alto que puede pagar una telenovela.


Lo primero que salta a la vista es la radical alteración del elenco: no hay forma que un Rodrigo Santoro se vuelva un Antônio Fagundes (Afranio) con el paso del los años; o que Carol Castro se transforme en Cristiane Torloni (Yolanda) (foto).

No lo digo yo, lo dice la genética.

Lo mismo vale para Camila Pitanga (Teresa) y una larga lista de actores que ahora, encarnan roles que pertenecieron a otros en la fase uno. ver lista completa aquí

Teresa en tres fases
También cambia el sabor de su romance: con Santoro y Castro, Afranio y Yolanda, venían marcados por el eros y el drama. Los de Fagundes y Torloni, parecen más jocosos, con una sensualidad menos perturbada y un camión más de química.  

La pareja ya probó su química en la novela de Ivani Ribeiro El viaje (1994)
Una figura hace la diferencia. O según el caso la aniquila. Y aquí pasan ambas cosas. 

Fagundes, una Estrella con mayúsculas, suple con su carisma todas las faltas de Santoro, pero al mismo tiempo trae bajo la manga una baraja de clichés, que ni el ridículo look al estilo Donald Trump, logra matizar.

Por el contrario, recalca un sabor arcaico, demodé… extraño, siendo Afranio un modernista inveterado, que quizás fuera tragado por el ‘campo’, pero no al punto de un cambio tan radical de personalidad y tipo.

Para mantener la ‘poesía’, todo sigue sumergido en los 60. Como quien no sale del letargo. El campo va de la idealización a la caricatura. 

Las señoras, desactualizadas en el modelito, pero actualizadísimas en el chisme, nos ponen al tanto de lo que pasó en el ‘mientras tanto’. 

Los políticos de sainete están a la par del coronel estilo Jorge Amado. ¿Y la gente? 

La gente sí parece real… cuando es real. Sino, es una elaborada postal turística, rebozada de folclor.

Más bella que nunca, Camila Pitanda, casi levita, en la brisa del recuerdo… 

Se recuesta a las paredes… se baña en el río de la memoria, que trae un amor del pasado.

En otra obra esta sobredosis de lirismo, sería cursi. Pero aquí se tolera. Siempre y cuando se mantenga en el límite.

¿Papel de consuelo tras el fracaso de Babilônia?
Hablando de límites, el capítulo de ayer, tuvo mucha danza y jolgorio. Para quien censuró a Glória Perez, por sus infinitos bailes del vientre, tanta bailadera es rara.  Pero aquí debe ser opción del director. Un modo de diluir tensiones.

Como en el estreno, mucho bla bla bla. El necesario recuento para situar al público, se comió buena parte de las escenas.

Lo que más llama la atención es la alarma – real o supuesta – en la Globo por la caída de los números. Sólo quien no entienda de TV, no podía prever este desenlace, del mismo modo que pasó con Manoel Carlos y Em família (La sombra de Helena).

Se quedaron con el espejismo de El rey del ganado, en una época ‘sin novelas’ (edificantes). Olvidaron, que el gran triunfo de ésta fue el referente concreto del interior de São Paulo. Y la cultura comercial en torno de éste, muy en boga cuando aquello.   

Una Ma. Bethânia, en su fase más raigal y menos romántica (oír aquí), no puede jamás con un Luciano & Camargo cantando Sem medo de ser feliz.

Como tampoco pueden los elementos de religiosidad popular derrotar una novela bíblica que por bíblica es puro folletín (con el perdón de los creyentes). 

Aquí el melodrama, tiene un color tenue y un sabor antiguo. Los antiguos son, por definición, más sabrosos.  Pero la ‘mano pesada’ de Ruy Barbosa se hace sentir, igual que en las obras de Lauro César Muniz, otro buen dramaturgo, pero no tan apto novelista.  

Equipo se reúne para ver estreno de 2da fase
Lo malo es que la novela, sospechamos, debe estar escrita por completo (sino no la habrían aprobado). Y como no está en manos expertas, difícil le será ajustarse y responder a la apetencia del público. Cuando más, el director, podrá retocarla y sacarle el jugo al texto que como dijimos en el estreno, no es exactamente lo mejor de la trama (ver aquí reseña).

5 comentarios

  1. La Globo, dice Patrícia Kogut, 'le encargó' a Benedito 'retomar' Velho Chico, en particular, la trama de la transposición del río San Francisco (¡qué emoción...! jajaja).

    Quizás, como la novela está escrita o estaba y por el horario original no podía tratar el tema a fondo, lo hayan incluido. Pero no será para que él le suba el rating. Vaya, si ellos son tan ilusos de pensarlo... mejor cambiamos de canal.

    Benedito no puede ni con su alma y más joven, siempre tenía problemas para escribir ¿cómo será ahora con 80?

    Esa noticia es medio rara, porque al final ¿quién se cree que la novela no la escribe/ dicta él?

    Otra cosa: dicen, además, que ya está protestando, porque Luis Fernando Carvalho está editando a su manera (ya lo notamos en la crítica). Ya estaba demorando. ¡Qué viejo más cascarrabias!

    PS. Velho Chico pierde, constantemente, con las novelas de las 7 y las 6, que vienen dando buenas audiencias.

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  2. Como diria Beatriz(Glrorinha Pires) sobre "Velho Chico" Não estou Disposto. passo longe vi algumas cenas não sei como aquilo consegue chegar aos 30 pontos.

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    1. A novela é liiinda, mas também um saco. Era sabido. Pra ninguém é surpresa. Só pra 'Globo'.

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  3. Siguen las noticias 'raras': ahora se aleja Edmara, por roces con Benedito. La Globo orientó más romance y cambiar el vestuario de Afrânio y Yolanda, muy criticado por la gente: no sienten que sea una novela moderna; Carvalho, está reticente a hacer los cambios (claro, obvio que es idea suya); ahora, pregunto ¿si ella se va, QUIÉN ESCRIBE? Esa es la prueba de que la novela, ya debe estar bastante 'adelantada'.

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  4. Siguen las noticias 'raras': ahora se aleja Edmara, por roces con Benedito. La Globo orientó más romance y cambiar el vestuario de Afrânio y Yolanda, muy criticado por la gente: no sienten que sea una novela moderna; Carvalho, está reticente a hacer los cambios (claro, obvio que es idea suya); ahora, pregunto ¿si ella se va, QUIÉN ESCRIBE? Esa es la prueba de que la novela, ya debe estar bastante 'adelantada'.

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